Pasados los quince días ni el hambre ni el aburrimiento han aparecido. No tengo ganas de comer ni carne, ni pescado, ni embutidos. El mayor problema que encuentro de » ser vegetariano» es comer fuera de casa. Las limitaciones son enormes, quedando reducido el menú a ensaladas y tortilla. La pasta y la pizza en los italianos es otra opción,pero aun no he pisado ninguno, con lo que cada vez que como fuera de casa el menú está decidido son mirar la carta ( otra cosa es acudir a restaurantes especializados).
Me siento bien, con fuerza, sin debilidad, sin flaqueza, sin desfallecimientos… mi peso ha bajado un kilo más o menos, pero no tiene que ser por la alimentación, mis entrenamientos siguen adelante sin problema, por lo que la bajada puede ser fruto de los dos factores. Lo único que si he notado que a la hora de correr me noto más ligero, un kilo menos siempre se nota. Mis ritmos de carrera son un poco más altos y quizás la alimentación tiene algo que ver.
Mi estado de humor ha mejorado. Los primeros días había momentos en los que el mar humor se adueñaba de mi. Sin motivo aparente. Eso ha ido desapareciendo. No sufro alteraciones en el sueño ni nada parecido. Incluso duermo mejor, pero eso puede deberse a un mayor nivel de actividad laboral. » ¿ Vas más al baño?», pregunta típica que me suelen hacer, ni más ni menos, en mi anterior » vida carnívora» el aporte de fibra natural era muy alto, poco menos que ahora.
Como se dice por Galicia » a cabeza non para» y, tras estos días vegetarianos, uno piensa en ir más allá. ¿ Qué tal un mesecito alimentandose como un vegano?